Inside man (2006)

Como todavía faltan unos cuantos meses no nos pueden acusar de oportunistas cual telefé que pasa "Harry Potter 2" algunos días antes del estreno en cines de la 3. Porque además es mera casualidad que hayamos visto Inside man recién ahora y que vaya a salir la secuela en el transcurso del año.
Para ir acomodando al espectador en una butaca genérica se promete un perfecto robo a un banco. Dalton Russell (Clive Owen) se presenta de frente a la cámara, en un plano cercano que equilibra la falta de presencia de su cara en gran parte de la película y se jacta de la simpleza de las razones de su plan: ¿por qué lo hace? Porque puede. Deja al desarrollo de la trama la explicación del cómo. No sabemos a ciencia cierta si hay actor más duro que Clive Owen, pero por una vez terminó la película a salvo de esta crítica.
Van pasando los minutos y el escenario es más parecido a una situación de rehenes que a un robo estratégico común. Todo resulta confuso y sobretodo, overoles azul oscuro y pañuelos en la car- quiero decir, sobre todo, intrigante. Cada maniobra de la banda dentro del banco genera un manto de perplejidad interesante.
Pero aparece el detective Frazier, el Denzel Washington de sieeeempre, acá como detective en decadencia que está siendo investigado por el robo de una gran cantidad de dinero, para hacer de mediador con los "ladrones"; el personaje aburre y se vuelve predecible, uno ya ha visto a Denzel Washington en este tipo de roles y siempre le sucede más o menos lo mismo y siempre actúa igual.
Más allá de la infortuna elección del actor para un personaje no construido en profundidad, la dinámica con nula emoción entre éste y los demás miembros de la escuadrilla policial (los principales, interpretados por Willem Dafoe y Chiwetel Ejiofor) y la pausada y aburrida estrategia de negociación, hay un acertado manejo del suspenso al presentar en paralelo ciertos personajes que no se entiende bien cuánta importancia tendrán en la historia: el dueño del banco, interpretado con corrección por Christopher Plummer, y la misteriosa Sra. o Srta. White (Jodie Foster, en un papel poco jugado pero creíble) que trabaja por encargo del dueño del banco para negociar con los ladrones de manera sutil y con clase la protección de un bien extremadamente preciado por el ricachón.
Al mismo tiempo, y durante toda la película, se presentan fragmentos de los interrogatorios realizados por el detective Frazier y su compañero a muchas de las personas que estuvieron dentro del banco ese día, pero con una incertidumbre primitiva sobre el rol que los interrogados habían tenido en esa situación.
Luego de la inesperada resolución del conflicto, las dudas continúan para el detective Frazier. Se pone la investigación al hombro y vuelve a recordar a personajes y escenas ya vistas demasiadas veces.
La dirección está bien, y la música que ha sido acusada de bollywoodense aporta al ritmo estratégico e intelectual del robo. Pero creemos que Spike Lee planeó mucho mejor el robo al banco que lo que planeó la película misma.

Up in the air (2009)

Ya que hemos abierto las puertas al público masivo recientemente, vamos a subir la apuesta del post anterior. Ya teníamos Up, ahora traemos Up in the air, una de las *hay que decirlo para ganar rating* nominadas al Oscar como mejor película del 2009. Es lo más reciente de Jason Reitman, quien nos ha sabido deleitar con Thank you for smoking (2005) y nos ha agradado un poco menos, y en otro nivel, con Juno (2007).
Hay una idea interesante que sirve de puntapié inicial para la historia y de base teórica para la conducta del protagonista: toda relación interpersonal y todas las posesiones materiales (desde las más pequeñas hasta los inmuebles) son una carga que cada individuo debe arrastrar sobre su espalda; si se pone todo dentro de una mochila, como plantea Ryan Bingham (Clooney), la presión ejercida sobre el cuerpo (un cuerpo-espíritu) haría lógicamente al individuo un ser limitado, inmóvil.
El Sr. Bingham no se toma la molestia de tener relaciones trascendentes con el resto de los seres humanos, no le encuentra el sentido. Y vive en el aire. Sí, no estamos diciendo que es un colgado y 'vive en las nubes', sino que el señor vive literalmente entre aviones y hoteles, con escasas posesiones personales.
Hay una sensación de liviandad en la vida del protagonista que la dirección y la edición acompañan con tomas cortas, sistemáticas y los planos en detalle, y ayuda a generar un ritmo ameno la musiquita de percusión.
Pero las metáforas construyen un escenario de vida posmoderno que se autolegitima con unas cuantas e insistentes líneas que nunca reciben explicación o sentido alguno ("Moverse es vivir", "Cuanto más lento nos movemos, más rápido nos morimos" ---¿eh?).
Ryan Bingham es la típica figura de winner que se cree que ha descubierto el secreto del 'vivir' y considera que sus decisiones son lo suficientemente valiosas y reveladoras como para pregonar en conferencias y charlas y proponer que se lo imite. Y al mundo que lo contrata para estas tareas parece resultarle fantástica su filosofía nihilista y su incitación hacia el consumismo infinito.
En esa filosofía hay una lógica interna que conecta cada parte del eslabón con las demás, pero no hay una razón lógica de fondo. Con esto, ante la presión de una joven y nueva compañera de trabajo (el personaje de Natalie) que cuestiona su forma de vida y ante el desafío de toparse con una persona (una versión femenina de sí) con quien comparte intereses, la filosofía que desestima el compromiso comienza a debilitarse y generar dudas.
No nos parece que George Clooney interprete un papel diferente al que estamos acostumbrados a ver. Farmiga, al contrario, mucho más aburrida que de costumbre. Por otro lado, somos de los que creemos que un llanto mal actuado destruye toda credibilidad: desastroso el llanto histérico de Anna Kendrick.
Up in the air es una metáfora sobre la vida posmoderna y el progresivo debilitamiento en las relaciones humanas, pero la historia que cuenta esta idea es bastante común. No es que haya algo malo con eso, pero da la sensación de que le falta algo de intensidad a la trama y a los personajes (vamos a decirlo de otra forma: algo interesante), para que la metáfora tome el vuelo que podría alcanzar.
Parece haber un despertar en el personaje, luego de lo que podría interpretarse como una larga pesadilla de enfermo, pero sólo llegamos a verlo abrir los ojos. Tal vez el vuelo tenga que comenzar cuando finaliza la película.

Up (2009)

Up es un muy buen corto animado de 11 minutos (los del principio) seguido por una película infantil más o menos del montón con algunos detalles agradables. Hay un viejo, el Sr. Fredricksen, que es típico cascarrabias pero cursi tierno, que luego de la muerte de su esposa se embarca en la empresa de realizar los sueños que ella había tenido desde niña y que siempre habían querido concretar. Russell, el niño explorador que se presenta en su puerta, es tan inocente como tonto, pero genera simpatía. Y hasta puede conmover al que lo conmuevan los niños en historias tristes.
Up es aventura entre soledades. Un viudo, un niño sin madre y con padre ausente, un perro marginado y una celebridad chiflada y ermitaña. A partir de la nominación al Oscar como mejor película del año (en éste hubo 10 y no 5 películas en esa categoría), se cuestionó el lugar que Up ocupa y hasta leí comparaciones con Mary and Max (que, al parecer, no me voy a cansar de usar de parámetro para todas las películas del universo que vea de ahora en más-y que por otro lado no fue nominada ni a mejor dividi-poster para limpiarse la nariz-) y entonces forcé algún tipo de comparación. Sí hay una evidente analogía en el vínculo que se crea entre un niño y un adulto que socava las soledades propias y ocupa un lugar antes vacío para cada protagonista. Pero no sólo los personajes sino también la forma en que se relata la construcción del vínculo, es diferente. Desde ya, son géneros diferentes, y esta película relata la aventura de un personaje en una travesía personal.
Desde acá no sólo por la preferencia de género sino por la originalidad (que muchas veces no es más que no hacer lo que todos vienen haciendo en la época) y la cantidad de niveles de profundidad que tiene en la trama, votaríamos a Mary and Max a mejor película sin dudarlo. Y no para rellenar la nómina con algo animado y poner "un poco de cada cosa", sino porque lo valdría. No los Oscars, una cosa en serio estamos diciendo.
En definitiva Up no es hilarante ni profunda, pero entretiene y cumple. Cumple en personificar el rol de nueva película de Disney Pixar "para todo público", que en general, y cada vez menos, poco atrae al adulto. Y no creo que tampoco sea una pieza maravillosa para el público infantil, pero está dentro del sano entretenimiento. Así que no se preocupen, mamás, y pónganle Up antes de someterlos a ver el baile del caño durante la cena o mandarlos al cyber a jugar al counter.
La caracterización de los corporativos que quieren rajar al viejito de su pequeña y humilde casa es brillante, el detalle de la manito sobre la cerca de afuera y la mirada tenebrosa son perfección simbólica y además, a mí, no sé a usted, me causa gracia la pinta de terminators que tienen. Así que tampoco se alarmen las mamás setentistas que hilan en un nivel más ideológico, que de Pato Donald ésta mucho no tiene.

Adam (2009)

Haber visto esta película un par de semanas después de ver Mary and Max (2009)  le da a uno la pequeñita sospecha de que esta cosa del síndrome de Asperger está de moda en Hollywood. Como Mary and Max quedó lejos de verse como una típica producción hollywoodense, podemos concentrar nuestras sospechas sobre Max Mayer. En algunos sitios de la web incluso se analizan las conductas de Sheldon Cooper (The Big Bang Theory) y se lo considera un Aspie también.
De todas formas, el hecho de que el protagonista tenga síndrome de Asperger y muchos de los obstáculos que tiene que atravesar tienen que ver directamente con su condición (se supone, ¿no?), criticar que Adam no profundiza en la concientización social sobre el síndrome sería pedirle a su director, Max Mayer, que borre las cintas y empiece a escribir desde cero. No parece ser la intención de la obra.
Es un aporte, por el contrario, para la concientización social (o tal vez sólo funcione en el nivel de los prodestinatarios) sobre el amor y las relaciones de pareja. Dentro de esa temática la mirada se aleja de lo iluso-romántico que es moneda común en hollywood y se acerca a lo que resulta más corriente en las vidas corrientes. Que hay muchos finales que no van musicalizados con melodías felices, y sonrisas, lluvia y besos pegajosos. Conceptualmente va de la mano con, por ejemplo, (500)Days of Summer (2009), aunque el estilo difiera.
La película pone en tela de juicio cuestionamientos sobre las bases de las relaciones, del amor, cómo es, por qué es. Al principio uno puede pensar que hay un punto dudoso que deja muchas incoherencias sobre la trama al exponer su postura frente a esas respuestas, porque se le exige a Adam que responda sobre el amor, y es Beth, una NT (neurotypical, que vendría a ser algo como decir "alguien normal") quien juzga si sus palabras son correctas o legítimas, sin dar su punto de vista.
Pero analizando el film en la totalidad de sus detalles, parece ser lo contrario, y que la postura que defiende que no hay respuestas ciertas a esas preguntas y que la vida sigue aunque no se haya encontrado el sentido, o que a veces las respuestas están donde no se esperan y llegan con el tiempo, está reforzada en la resolución de la historia y otros detalles como la analogía que hace Beth al comienzo entre Adam y El Principito.
Alguien le dice a Beth:
Feeling loved is very important, but loving is the necessity.
Por un momento nos preguntamos: ¿Un NT tiene más capacidad de expresar sus sentimientos que un Aspie o es simplemente que no se le cuestiona la significación que le da a las palabras por estar catalogado como normal y suponerse que puede identificar a la perfección las cosas que siente? ¿Los 'normales' no se confunden, o es que no se cuestionan?
Si consideramos que las líneas sobre la analogía con El Principito que escuchamos al comienzo son temporalmente posteriores al desarrollo de la historia, queda un halo de positividad sobre el cuestionamiento ingenuo y se le quita valor a las frases hechas, a lo esperable. Pero si todo esto tiene sentido, no habría por qué agregarle a un persona como Adam las características de un Asperger. Si la idea es acentuar una mirada realista sobre las relaciones, la realidad queda a medio camino al limitar la sana ingenuidad, el propio cuestionamiento y los obstáculos internos a un pibe "especial" al que se lo hace quedar constantemente como un niño. La adulta Beth es caprichosa, malcriada, histérica e incoherente. Eso puede resultar realista; y escuchando la letra de Can't go back now (The Weepies) que eligieron poner al final, más las analogías del principio, podemos cerrar la obra con moñito y todo, repitiendo tal vez la idea de que para algunas cosas hay que aprender de los chicos.
Me hubiera gustado tal vez que se muestre, de manera más convincente, que eso de ser adulto -normal- y cuestionarse y pensar y no retorcer las cosas porque sí, es posible.

Alice in Wonderland (2010)

Después de la desilusión de Sweeney Todd (2007) (que tiene un manejo de fotografía de la puta madre pero la trama no le llega ni a los talones, y el musical no ayuda en lo más mínimo) no tenía grandes expectativas frente a la nueva obra de Tim Burton.
La versión de Disney de Alice in Wonderland, de 1951, prometía un escenario complejo y personajes extraños para que Burton desplegara su cinematografía en todo su esplendor. Un escenario, no más que eso. De alguna manera el mundo creado en Big Fish (Burton, 2003)  parece inspirado en Wonderland, y Ed Bloom, el gran cuentista y soñador, tiene una mente análoga a la de Alicia. Pero lo que en Big Fish es una historia simpática en la extrañeza de sus detalles, en su Alice in Wonderland es... un escenario.
Ahora se supone que esta misma Alicia tiene 19 años, y conserva la esencia de cuestionar las convenciones sociales e imaginar mundos alternativos. Ahá.
Cuando Alicia necesita escapar del mundo dado, tradicional y aburrido, cobra vida su país de las maravillas y la noción de realidad se vuelve intrascendente para el desarrollo de la historia. Hasta ahí todo bien.
Pero lo que en Disney, cuyo público sería primordialmente infantil, es un un musical-cómico construido por la suma de pequeños fragmentos oníricos de algún infante que me cuesta en algunos casos relacionar, para Burton es una película de aventuras (típica lucha del bien contra el mal) de un nivel promedio.
El Sombrerero Loco (Johnny Depp) es protagonista, pero no como un pobre chiflado totalmente demente (lo cual era su gran atractivo), sino que es un tipo un poco rarito con un nivel de locura que no llega a ser lo suficientemente descabellado como se podría esperar. Es sensible, sí, algo simpático, pero en definitiva la fórmula que utilizan Burton y Depp para construir este personaje es la misma que usaron para Willy Wonka en Charlie and the Chocolate Factory (2005); loquito alegre con lapsus mentales de tristeza por algún acontecimiento del pasado. No obstante, es un personaje atractivo. Menos el baile del final, claro. La ridiculez no alcanza ni a la risa, no entiendo todavía qué pasó ahí.
Las intervenciones de la liebre loca son lo que salva la película, sumando alguna parte de la Reina de Corazones (Red Queen) que gana con su mal carácter y su conocida muletilla "¡córtenle la cabeza!". Helena Bonham Carter está muy bien (a diferencia de su interpretación en The Theory of Flight (1998) que me pareció lamentable, no le creí ni el parpadeo).
Desde estas butacas nos resultó meramente entretenida, pero es una película "familiar", o eso parece que intenta ser de alguna manera levemente retorcida (retorcida por EL MERCADO -el villano por excelencia de todas las películas capitalistas-). Apuntando tan amplio el que mucho abarca poco aprieta. Sin un blanco específico de público, hay algo que falla.
Congruente con el estilo Burtoniano, hay un planteo de fondo que intenta mostrar que ante el hastío de la vida tradicional no sólo queda soñar (mensaje que podía estar insinuado en la versión de Disney) sino que el límite de lo posible está en la imaginación.
Está bien para los soñadores, le salió con algo de gracia. Sin embargo la película parece tratarse tan poco seriamente a sí misma con esa reproducción de un rejunte de escenas y lugares comunes que llegando al caso, se diluyen las ilusiones.
Para mí, a Burton una mención especial por Big Fish y a otra cosa.

Mary and Max (2009)

Existe la tendencia a asociar las películas cuyos personajes no son interpretados por personas reales al género infantil. Es decir, se tiende a pensar que todo lo que no es live-action tiene primordialmente un público infantil.
Mary and Max es una película hecha con la técnica denominada "claymation" (clay animation) o plastimación, que es básicamente cine hecho a lo stop-motion de personajes y escenas creados en plastilina o materiales maleables similares. El trabajo manual en Mary and Max es impecable, y no hay ni una expresión en la cara de los personajes que no sea profunda y absolutamente humana.
Si bien tiene un muy buen sentido del humor, tras una mirada panorámica es una película dramática, profunda aunque sutil y conmovedora. Lejos está de ser una película infantil.
Mary es una niña solitaria de 8 años que vive en Australia. Tiene un padre ausente y una madre alcohólica y déspota. O sea (como diría mi mamá), "no tiene padres". Max vive en Nueva York, es un hombre de 44 años que sufre de un tipo de autismo, el síndrome de Asperger, y tampoco tiene familia (el padre lo abandona y la madre se suicida). Por su curiosidad y la necesidad de saciarla en contacto con otros seres humanos, Mary decide enviarle una carta con sus inquietudes a una persona, cualquiera, cuyo nombre saca de una guía telefónica.
Estéticamente, hay un simbólico manejo de colores que refuerza la trama y las vidas de los personajes. Mary colorea la vida de un hombre que no logra encontrar sentido en el mundo gris, caótico y oscuro de la gran metrópolis. El mundo en Australia es todo del color poop, que tanto "marca" a Mary en su vida.
Los diálogos tradicionales son escasos, la mayor parte de la interacción lingüística entre los personajes es escrita. La película, además de no abusar del diálogo de por sí, ganó una enorme simpatía de mi parte por recurrir a un narrador para enriquecer la historia con los pensamientos de los personajes, las situaciones pertinentes de sus vidas pasadas y las descripciones de sus entornos. La presencia del narrador puede confundirse con la tradición de los cuentos para niños, pero resulta un recurso útil para evitar los inverosímiles y forzados diálogos a los que nos tienen acostumbrados las películas de hollywood para decir cosas (explicitar tipos de relaciones, describir situaciones del pasado) que les sería más complejo -les haría gastar tiempo y neuronas- explicar en imágenes o en palabras indirectas. De todas formas la atmósfera de cuento infantil que el narrador puede inspirar no llega a asfixiar, y más que resultar sólo útil, la narración trabaja armoniosamente con el ritmo de la película y con los personajes. Los ayuda a permanecer intrigantes.
Mary and Max levanta interrogantes acerca de la naturaleza del ser humano. ¿Es lógico en sus acciones? ¿Qué es lo importante? ¿Cómo hace para relacionarse?
Mary al crecer va a la Universidad y se gradúa. A pesar de no tener amigos, se casa. Y sin embargo es en el personaje de Max, cuya condición natural parecía no permitirle asimilar la conducta humana, donde se responden estas preguntas.
Es interesante el abordaje sobre el síndrome de Asperger, porque si bien está equiparado a la mente de un niño en su curiosidad, su incapacidad de comprensión y su ingenuidad, se sugiere que la clave de la diferencia (Max se rehúsa a considerarla una enfermedad) es la dificultad de relacionarse con otros. Como Max no había podido relacionarse con nadie, es sólo al ser amigo de Mary cuando se siente pleno y logra responder los interrogantes principales. El ser humano es imperfecto, y por eso tiene actitudes ilógicas, erróneas e hirientes.
El concepto que termina por completar la magnífica y sensible obra es sobre la importancia de la relación humana construida, y no dada por el espacio. Me conforta haber encontrado una expresión que va en contra del valor tradicional y cristiano (muchas veces irritantemente ilógico) de la familia, y defiende la amistad como valor fundamental en las relaciones humanas, en tanto no hay obligación impuesta y sí una voluntad propia, un interés genuino en una persona en tanto tal y no por su rol. Dicta una placa al final de la película:

"God gave us relatives, thank God we can choose our friends"
-Ethel Mumford.

Si no fuera por eso de Dios, cien por ciento de acuerdo.

Everybody's fine, o La mentira de los posters.

Introducción.
El poster promocional de una película es mucho más que su carta de presentación, es su cara. Con experiencia y el fabuloso método deductivo, leer las caras de las películas (y no estamos hablando específicamente de las caras de los actores si es que están en el poster) es sencillo, aunque no siempre acertado. En general suele ser inconfundible un aspecto: el género.
El género es esa cosa que sentimos que produce una película, el suspenso nos mantiene intrigados, el terror nos asusta, la comedia nos hace reír, el romance nos hace sentir pelotudos. Podemos hablar de los subgéneros o géneros "híbridos", como comedias románticas (nos hace sentir pelotudos pero bien, el 'clima' de la película es ameno y todos felices al final -lo cual dista de la intención de generar risa) o dramas románticos (que nos hace sentir pelotudos pero mal, el clima de la película es un bajón y lloramos o tenemos dudas ontológicas sobre el amor).
El segundo aspecto es el estilo. También suele estar muy presente en el poster, pero puede ser mucho más engañoso. Una película original, cuidada, estudiada y repensada suele tener un poster de igual índole, y no un poster "genérico" como del que hablaremos a continuación. ¿A qué llamamos 'posters genéricos'? Un ejemplo  (alevoso). Protagonista sonriente en el frente aislada de las escenas y sin elementos extra para contextualizar, colores y bordes iguales, el resto de los personajes por ahí revoloteando en posturas cancheras y sonrientes, etc.

Everybody's fine (2009)
Como no siempre investigamos demasiado sobre una película antes de verla, muchas veces nos llevamos sorpresas que pueden ser expresadas en indignación, frustración, aburrimiento o desagrado.
Yo miro una gran cantidad de películas, y no siempre sé de qué se tratan antes de verlas. En muchas ocasiones con sólo ver el poster promocional y leer el tagline y el plot en la página de imdb, ya me doy una idea. Rara vez me llevo una sorpresa sobre el tipo (que puede incluir el género y el estilo) de película que veré, pero a veces sucede.
En búsqueda de nuevos estrenos, por algún lado encontré la imagen que vemos a la izquierda y un link para bajar la película. Previo paso rápido por la página principal de la película en IMDB, la bajé y días después me dispuse a verla.

Me enteré, después, que es en realidad un remake de Stanno tutti bene (1990), de Giuseppe Tornatore y protagonizada por Marcello Mastroianni. En estos instantes la producción del blog está en tratativas para conseguir una copia de la versión original; luego vendrán las palabras sobre la misma y su obligada comparación con la versión de De Niro.
A pesar de estar rotulada bajo el género de Drama, el poster de Everyboy's fine inmediatamente lo manda a uno a imaginarse una comedia light familiar con tono navideño. Poco se encuentra de eso. Más bien nada. No se entiende a qué genio publicitario se le ocurrió la brillante de idea de promocionar una película reflexiva y dramática como si fuera la última de Hugh Grant. La sorpresa, en mi caso, fue muy placentera, porque me agarró predispuesta y la película es amena. Eternamente refrescante verlo a Robert De Niro en un papel diferente al que siempre hace, mis aplausos para haberse decidido a cambiar un poco y demostrar que puede hacer papeles que no sean de matón y/o poderoso intimidante. Acá es un viejo triste, aunque esperanzado, de carácter débil y agradable. No precisamente lo que se ve en este poster espantoso, que tiene un sinfín de errores técnicos y conceptuales. A saber:
1. Robert parece tener un brazo tan largo como un chico de dos años y la mano grande como un adulto.
2. Se nota de acá a la China que es imposible que esa cámara saque esa foto porque está sacada con el lente a la altura de los ojos, no en contrapicado como sugiere la posición de la cámara (obviemos el liveview ahora que es claramente un copypaste de la otra imagen). A menos que me vengan con que esa compacta digital tiene un lensbaby o algo similar para corregir la perspectiva, lo cual es tan ridículo como creer que eso que vemos es una foto real de otra foto, y que los actores posaron exactamente así, todos juntitos delante de un árbol de navidad. Dah.
3. Una cámara digital, ¡una cámara digital! Increíble. Vean la película, por favor, Frank durante todo el viaje usa una compacta analógica, y de hecho hasta lo hacen notar en una línea en la película. ("Oh my god, this is film! this is great" -mientras intenta sacar fotos con esa cámara-). Frank es viejo, no tiene celular y, claro, usa cámaras de rollo. Son pequeños detalles que funcionan para la construcción del personaje, y acá en el poster les importa un cuerno.
4. Por último, lo que ya mencionamos: el poster sugiere que la película es algún tipo de secuela encubierta de Meet the Parents o algo así. No entiendo cómo el director, que hizo un gran trabajo con el film, dejó que se la publicite o presente sin preparación seria, sacándola como chorizo de fábrica.

En fin, probablemente haya más problemas con ese poster, que en realidad no sé si es el oficial pero es el que se utilizó para promocionarse en este país en la calle y en los cines, y es además el que aparece con más frecuencia por la web y en google. El que aparece en IMDB es bastante mejor, aunque no brillante, pero es mejor conceptualmente.
No fui la única a la que le mintieron con la promoción del film. Un usuario en imdb, dice:

This movie looked like a nice, funny Christmas movie... it was nothing close to being funny at all! It was depressing and sad and heartbreaking! It made me cry several times... :(

Y no, no es graciosa ni intenta serlo. Es triste, y es una buena representación de una dinámica cotidiana que se repite en la actualidad: la pretensión de estar bien, haciendo lo que se supone que hay que hacer. Frank viaja por el país tratando de estrechar la distancia emocional y física que tiene con sus hijos, pero se da cuenta en cada visita que hay disimulo, mentiras, problemas. Hay algo que no cierra. Sus hijos muestran a su padre la pretensión de la vida ejemplar, que, imposible de sostener, resulta peor que la vida sencilla, problemática y real en la que no está la presión de ser exitosos en sus trabajos, tener una familia ideal y ser feliz.