Julie & Julia (2009)

Algunos teóricos de la cinematografía postulan que el cine interpela a los espectadores de manera que éstos puedan incorporarse a la experiencia que la historia narra, a través de mecanismos de proyección e identificación. Así, la conexión que se siente con la película determina la experiencia que cada obra significa para cada individuo espectador.
Uno de los problemas que encontramos en Post Grad (ver post anterior) es la minúscula posibilidad de identificación que puede sentir una persona en la 'misma situación' que la joven graduada (dejando de lado las fundamentales incoherencias en la lógica de la trama).
A nuestro entender, Julie & Julia resuelve estos mecanismos de interpelación de manera muy respetable. La crisis de hastío que atraviesa Julie es realista, y una vez desplegado su mundo y su dinámica cotidiana se observa la profundidad y complejidad de su estado emocional. Las expresiones en su cara (Amy Adams hace lo suyo de manera correcta) a través de todos los momentos cotidianos construyen una historia creíble y actual.
El otro aspecto realista, hasta cierto punto, es que la historia no sigue de manera fiel la lógica del tan popular sueño americano (american dream). El punto quizás es la realidad misma, la realidad de la autora del libro que luego se convirtió en una película coprotagonizada por Meryl Streep (nada mal para un sueño americano -aunque desconocemos los inicios de la escritora-) y que aparece luego de la última escena filmada como una leyenda sobre fondo negro.
Como dato paratextual puede resultar un detalle interesante, lo cual no significa que haya sido la mejor opción ubicar esa información inmediatamente después de que la película "termine" (aquí se abre un interrogante sin mucha importancia: ¿cuándo termina una película? ¿En el momento en que termina la última escena o, si tiene mensajes posteriores, luego de que éstos terminen?)
Lo interesante es que lo mundano quiebra a los protagonistas, pero en todo momento queda claro que el problema de Julie es Julie. Y la lucha es consigo misma, que tan atrapada en sí está como en su "1 tiny apartment kitchen" (uno de los posters promocionales de la película dicta que las situaciones suceden allí, y me recuerda a más de una película de hollywood en la que se hace referencia al increíble tamaño diminuto de algunos departamentos, lo cual desde acá parece en demasía exagerado, porque lo que en Buenos Aires puede ser llamado "pequeño departamento" es tal vez 1/4 de los que suelen tener como "pequeño" en las películas de hollywood).
La historia de Julia Child, que se narra a la vez que la de Julie, es, como la mayoría de las historias de personajes únicos, al menos interesante.
Los paralelismos no explícitos entre Julie y Julia ayudan a la unidad del film. Acá no somos específicamente fanáticos de Meryl Streep, aunque nunca la hemos visto dejar algún cabo suelto en sus interpretaciones. Ésta vez, creemos, ante el desafío de la corporalidad (física y de voz) se luce perfectamente.

No vamos a decir que es una película revolucionaria ni una obra maestra del arte contemporáneo, pero en tanto el cine no busca cumplir esa fantasía en todas sus expresiones, hace un papel digno como entretenimiento. Además, para los individuos estancados en vidas burocráticas y rutinarias puede ser fácil encontrar identificación y así, tal vez, empezar a crear proyectos, no para darle sentido a sus vidas sino para generar el movimiento necesario para encontrarlo.

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